CGIAR y el CIAT son un anclaje para la construcción de un futuro sostenible: Cristián Samper

CGIAR y el CIAT son un anclaje para la construcción de un futuro sostenible: Cristián Samper

Se enorgullece decir que conoce al CIAT desde hace 50 años. Cuando pequeño, su padre lo trajo en incontables oportunidades; como estudiante universitario también lo hizo; luego, siendo director del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt pasó tiempo en los laboratorios genéticos aplicando herramientas de biología molecular para el estudio de la biodiversidad y montó un banco de tejidos en el Centro. Hoy, regresa como miembro de la Junta Directiva, como lo fue su padre, Armando Samper, uno de los artífices de la fundación del CIAT. “De ahí mi cariño y admiración por este lugar”, dice.

Es Cristián Samper Kutschbach, biólogo de la Universidad de los Andes, con maestría y doctorado en biología de la Universidad de Harvard. Fue fundador del Instituto Humboldt en Colombia y por nueve años fue director del Museo Nacional de Historia Natural (NMNH) de la Institución Smithsonian. Desde el 2012 es el presidente y director ejecutivo del Wildlife Conservation Society (WCS) en Nueva York.

Frente a la celebración de los 50 años del CIAT, Samper reconoce la importancia de “no solo reflexionar sobre todo lo que hemos hecho, sino cuál es el impacto que hemos tenido y podríamos tener a nivel mundial”.

“El tema de cómo alimentar al planeta, sin destruirlo, es uno de los grandes retos que tenemos en la humanidad este siglo. Considero que la ciencia y los recursos genéticos son una parte fundamental y CGIAR y el CIAT son un anclaje para la construcción de un futuro sostenible con alimentación y con la dimensión ambiental”, dice Samper.

Hace un par de años empezó a escuchar sobre el proyecto Semillas del Futuro – que tiene como objetivo revitalizar el banco de germoplasma del CIAT –. Y de una, asegura, quedó encantado, por lo cual se convirtió en un ‘embajador ad hoc’ de esta iniciativa.

Primera Junta Directiva del CIAT. Armando Samper de pie en la parte de atrás, segundo de derecha a izq. Samper se convertiría en el único Presidente Emérito oficial del CIAT.

Primera Junta Directiva del CIAT. Armando Samper de pie en la parte de atrás, segundo de derecha a izq. Samper se convertiría en el único Presidente Emérito oficial del CIAT.

“Lo que representa la colección de germoplasma que tiene el CIAT en términos de esa gran diversidad es fundamental. Necesitamos un nuevo espacio físico que permita conservarla y compartirla. No tengo ninguna duda en que a medida que tengamos más herramientas moleculares y de bioinformática, y más retos como la adaptación al cambio climático, se le darán nuevos usos a esa diversidad genética hacia el futuro”.

Y cuando se le pregunta cómo decirles a los potenciales socios que este proyecto es importante para la humanidad, su respuesta es contundente: “Este banco ícono es el fundamento para el desarrollo de los sistemas productivos hacia el futuro. Y hay que preservarlo. Es una inversión muy pequeña que va a beneficiar a billones de personas en el mundo, especialmente quienes viven en sistemas marginales. Son ellos quienes van a tener el impacto más grande”.

Cristián Samper es reconocido por su trabajo en la ecología de los bosques nublados andinos, biología de la conservación y políticas ambientales. Además de pertenecer a la Junta Directiva del CIAT, también lo es de la Institución Carnegie para la Ciencia y la Alianza por la Ciencia para la Naturaleza y las Personas (SNAPP). Es miembro del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) y de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias (AAAS) y ha formado parte de la Junta Directiva de la Universidad de Harvard.

El pasado viernes fue la presentación oficial del colombiano ante un repleto auditorio Kellogg, en la primera reunión del año del director general, Ruben Echeverría, con todo el personal.

Me encanta el concepto del CIAT y su enfoque en sistemas. Los cultivos y el tema de productividad son muy importantes, junto con los servicios ecosistémicos y la adaptación al cambio climático. Los cambios que se vienen para los próximos 50 años son gigantescos y necesitamos sistemas productivos diferentes, resilientes. Y es la gran oportunidad que tenemos ahora”, puntualizó Samper.