Fundación de Voluntarios del CIAT, 25 años al servicio de los más vulnerables

Fundación de Voluntarios del CIAT, 25 años al servicio de los más vulnerables

El CIAT está comprometido con “reducir el hambre y la pobreza y mejorar la nutrición humana en los trópicos mediante una investigación que aumente la eco-eficiencia en la agricultura[1]”. Más allá de esta misión ambiciosa, dentro de su equipo de trabajo existen personas con un fuerte sentido social, preocupadas por su entorno y con la sensibilidad necesaria para ofrecer parte de su tiempo a trabajar por mejorar la vida de quienes necesitan más apoyo.

Gracias a esto, hace 25 años se creó la Fundación de Voluntarios del CIAT (FVC),  con el objetivo de ayudar a ancianos y niños en condiciones vulnerables de vida de Cali, Palmira, Pradera y  Jamundí.

“Una fundación  es una institución volcada hacia el bienestar social. Que tiene como  retos claves descubrir cómo interesar a las personas y cómo crear un ambiente que le permita a la organización apoyar de la manera más eficiente posible a las personas que desea ayudar”, expresó Johana Bernal, coordinadora de la oficina de administración de proyectos y tesorera de la Fundación.

Algunas de las entidades que reciben apoyo constante por parte de la FVC son: Dar Esperanza, Amor y Fe, Hogar Santa Cecilia, Hogar Elisiano, Hogar Jesús José y María, Sembrando Futuro, Congregación Misioneras Hermanas de Santa Rosa Delima, entre otras. En cifras, son aproximadamente 380 ancianos y 160 niños beneficiados anualmente dentro del programa para hogares vulnerables que realiza esta Fundación de Voluntarios.

Así, la Fundación lleva a cabo varias actividades al año con el ánimo de mejorar la calidad de vida y el bienestar de los niños y ancianos. Entre éstas se destacan el desayuno navideño y la lechetón, sin dejar atrás los mercados trimestrales que se entregan a los hogares mencionados y las visitas a los hogares para identificar sus necesidades más inmediatas, entre otras.

“Las actividades que hacen parte del programa que realizamos lo llenan a uno como persona porque le alegra la vida a los niños y ancianos, no son solo paseos para compartir, sino para que nosotros aprendamos de la problemática de ellos. Es gratificante ver la sonrisa en sus caras y saber que todo el año esperan las actividades”, manifestó Carolina Jaramillo, analista  de movilización de recursos del CIAT y representante de la Dirección General ante la Fundación. Un claro ejemplo de esto, es la salida anual a un Centro Recreacional que tiene como propósito brindar, a los 400 niños que participan, un día de diversión, piscina y risas.

Los recursos de la FVC provienen de utilidades de un café tienda ubicado en la sede principal del CIAT y de jornadas de donación de todos los colaboradores del CIAT, cuya participación es siempre positiva.

Invitamos a todas las personas que laboran en el CIAT para que hagan parte de la Fundación de Voluntarios y asistan a su asamblea en marzo (en caso de querer inscribirse pueden solicitar el formato en el Café Tienda). Y para todos los amigos que nos leen fuera del CIAT, los animamos a recordar que “el primer paso en la evolución de la ética es un sentido de solidaridad con otros seres humanos[2]”.

[1] Misión del CIAT. Ver: https://ciat.cgiar.org/es/nosotros

[2] Frase de Albert Schweitzer, filósofo franco-alemán.