La Orinoquia ya tiene trazado el camino para enfrentar el cambio climático

Los departamentos del Arauca, Casanare, Meta, y Vichada ya tienen trazado el camino que les permitirá prepararse para las nuevas condiciones climáticas que afrontarán en los próximos 20 años.

Por Adriana Varón | Mayo 8, 2017

Se trata del Plan Regional Integral de Cambio Climático para la Orinoquia (PRICCO), que fue adelantado por la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena), la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), con el apoyo de Ecopetrol S.A.

Este plan es la hoja de ruta que debe seguir la región para lograr una región resiliente, a través de una serie de medidas de adaptación y mitigación frente al cambio climático.

Desde el 2015, estas entidades vienen trabajando en la elaboración de diferentes análisis técnicos y científicos que definen claramente los roles que los diferentes actores institucionales públicos y privados deben jugar en el plan y la importancia de su articulación con los diferentes procesos de planificación existentes en la región. Asimismo, se han definido el esquema de financiamiento, la estrategia de ejecución y un sistema para el monitoreo y evaluación proyectado al año 2040.

“Buscamos que esta iniciativa permita articular acciones y vínculos con los planes y políticas nacionales, y con otros proyectos para intercambiar experiencias en la búsqueda de la adaptación y mitigación del territorio colombiano al cambio climático”, aseguró Beltsy Giovanna Barrera, directora de Cormacarena.

El plan, que contempla también un componente de promoción de la educación en cambio climático, abarca los sectores de agricultura, ganadería, agroindustria, recurso hídrico, biodiversidad, servicios ecosistémicos, salud, infraestructura, hidrocarburos y minería.

“La implementación del plan tiene como objetivo consolidar a la Orinoquia como una región resiliente frente al cambio climático gracias a medidas que fueron diseñadas de forma colectiva y con énfasis en el fortalecimiento de las capacidades institucionales y locales”, dijo  Jeimar Tapasco, PhD en Economía ambiental, investigador del CIAT en el área de Análisis de Políticas (DAPA), coordinador del proyecto Orinoquia, juntos frente al cambio climático.

De acuerdo con el investigador, “para cada sector se identificaron las zonas más vulnerables y los sitios con mayor nivel de riesgo frente al cambio climático”.

En dos décadas, la Orinoquia será más caliente

Las proyecciones climáticas indican que la temperatura aumentará más rápidamente en la Orinoquia que en otras zonas del país. Se espera que en 20 años esta se eleve en promedio 1.5 grados centígrados.

En esta región del país la biodiversidad se verá fuertemente impactada por el cambio climático, especialmente en el departamento de Vichada, mientras toda la región deberá prepararse para períodos lluviosos más intensos, con eventos extremos más frecuentes y temporadas secas más largas.

De otro lado, si la Orinoquia quiere ser el polo de desarrollo agrícola en las próximas dos décadas, según las recomendaciones de los investigadores, se debe trabajar desde ya en variedades de arroz, maíz y soya adaptadas a las nuevas condiciones climáticas de la región.

 

Toda la región del piedemonte tendrá que reforzar su infraestructura y poner en marcha procesos de planificación urbana para evitar los embates de la naturaleza que serán más frecuentes y más intensos.

Jeimar Tapasco

Investigador CIAT y coordinador del Convenio

Mientras la ganadería será uno de los grandes perdedores con el cambio climático en gran parte del territorio, la oportunidad estará en la siembra de cultivos forestales comerciales, caucho y palma, siempre y cuando se haga con un enfoque de sostenibilidad ambiental, económica y social.

El Plan Regional Integral de Cambio Climático para la Orinoquia se presentó de manera oficial el 10 de mayo en Bogotá, donde autoridades ambientales y departamentales de la región firmaron un acuerdo de voluntades para su implementación.