La visión indígena, clave para afrontar el cambio climático en la Orinoquia

La visión indígena, clave para afrontar el cambio climático en la Orinoquia

Atendiendo los retos que representa el cambio climático, la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Área de Manejo Especial La Macarena (Cormacarena), la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia (Corporinoquia), Ecopetrol y el CIAT, desarrollan actualmente el proyecto “Orinoquia, juntos frente al cambio climático”, una iniciativa que tiene como objetivo principal aunar esfuerzos para la formulación del ‘Plan de adaptación y mitigación al cambio climático en los departamentos del Meta, Casanare, Vichada y Arauca’.

Por Fanny Howland, antropóloga e investigadora del CIAT.
Con edición de Jeimar Tapasco y José Antonio Arana.

La investigación permitirá identificar y desarrollar acciones que afronten y contrarresten los efectos de este fenómeno en materia de mitigación y adaptación, utilizando la educación como herramienta principal.

En el marco de este proyecto, se realizaron talleres con comunidades indígenas del Vichada, Arauca, Casanare y Meta con el fin de socializar esta iniciativa y conocer la percepción de comunidades indígenas frente al Cambio Climático.

Conocer la percepción que tienen las comunidades de la Orinoquia acerca del clima y del Cambio Climático podrá orientar acciones para acompañar a estas comunidades a enfrentarse mejor a fenómenos climáticos que afectan actualmente a la región y que suponen una amenaza latente al futuro de la agricultura en la zona.

Por esto, los talleres iniciaron con la elaboración de un calendario de actividades productivas, en el que se comparaba el clima de hace 20 años con el de hoy, y también actividades productivas y culturales asociadas, con lo que se pudo generar una primera reflexión acerca del tema.

En todos los talleres, las comunidades participantes expresaron percibir cambios en el clima y sus efectos en sus actividades socio-económicas y en los servicios eco-sistémicos de sus territorios. Por ejemplo, en el clima identificaron cambios en los patrones de lluvias y aumento en las temperaturas, lo que ha tenido impacto en las fechas de siembras y en los rendimientos, en la disponibilidad de agua, los niveles de los ríos, así como en la abundancia de peces y animales silvestres.

“Antes era 6 meses de invierno y 6 meses de verano pero ahora no. Hoy llueve más que nunca, y se hace más fuerte el calor”, comentó un participante del taller en Saravena (Arauca). Otro en Orocué (Casanare) compartió: “La época de siembra ya no es la misma, en el verano toca traer agua para regar las matas y si no se mueren”.

Para varios, los bio-indicadores como vuelos de pájaros, la luna, los vientos asociados a eventos climáticos (inicio de verano o invierno) ya no son tan confiables, hasta tal punto que un participante de Puerto Gaitán manifestó: “la luna nos ha traicionado mucho”.

Algunos también relacionaron los cambios en el clima con el tema de la salud. Por ejemplo, un participante de Puerto Carreño (Vichada) explicó: “No existía el zika ni el dengue, uno enfermaba y el médico tradicional curaba. Ahora no se puede curar porque hay mucha contaminación”.

Frente a estas situaciones, comunidades indígenas de la Orinoquia han implementado cambios en sus actividades socio-económicas para ajustarse a los cambios que han percibido. En este sentido, se están adaptando a cambios en el clima.

Explorando causas y evidenciando consecuencias

Los indígenas de Casanare, Arauca, Vichada y Meta relacionaron los cambios percibidos en el clima y en los servicios eco-sistémicos a las actividades de exploración y explotación petrolera implementadas por empresas privadas, apoyadas por instituciones públicas. “Los ambientalistas dicen que no hay que tumbar los árboles porque se secan los ríos y los caños, pero nunca hablan del petróleo o de minería. Con el petróleo la temperatura va a subir. Pero el blanco dice que para frenar el calentamiento global hay que sembrar árboles. Podemos sembrar miles de árboles pero si la extracción de hidrocarburo no frena eso va a seguir. El mundo occidental está equivocado. En lugar de estar sembrando árboles, mejor parar la extracción del petróleo”, manifestó un participante de Saravena (Arauca).

Otro representante indígena de Orocué (Casanare) fue más contundente: “Los esfuerzos para cuidar la naturaleza de los indígenas no sirven de nada si los blancos contaminan más”.

orinoquia1En efecto, muchos consideran que a los indígenas se les pide implementar cambios drásticos (dejar de talar árboles, por ejemplo) cuando los no-indígenas son los que contaminan más. Varios líderes de comunidades manifestaron su preocupación por el alcance que puede llegar a tener el programa de REDD+ que busca reducir emisiones mediante el desarrollo de programas preservación y gestión sostenible de los bosques. Existe desconfianza de las comunidades hacia instituciones y organismos no-indígenas. “Hemos venido trabajando con REDD+, hemos tenido persecuciones de la empresa privada a nombre del medio ambiente, por eso, cuando nos hablan de REDD+ nos suena mal”. Esto evidencia que las comunidades indígenas esperan mucho más del papel que juega el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia en el programa REDD+, especialmente en lo relacionado con la socialización e involucramiento de las comunidades indígenas.

Frente a esta situación, muchos se preguntan: “¿Cómo se hace para que no se mueran los animales?”, “¿Cómo reestablecer el aire, el agua, la lluvia, como en los setentas?” (Participante de Orocué-Casanare).

En este sentido, incluir la visión indígena sobre el cambio climático en el Plan regional de adaptación y mitigación de la Orinoquia es de gran importancia, pues estas comunidades ya están percibiendo cambios en el clima y afectaciones en sus actividades socio-económicas. Por esta razón están solicitando trabajar más a fondo estos temas para así buscar y co-construir soluciones o alternativas frente a esta situación.