Restaurar la tierra y los medios de vida: un llamado para los sectores público y privado

“Si continúa la tendencia actual, tan solo la degradación de la tierra podría reducir la producción agrícola en un 12% y aumentar los precios de los alimentos en un 30% en los próximos 25 años”

 

 
 

#CIAThaciadelante
Visiones de la sostenibilidad alimentaria futura

Louis Verchot, Director, Área de Investigación en Suelos y Paisajes para la Sostenibilidad (SoiLS)

 

Restaurar la tierra y los medios de vida: un llamado para los sectores público y privado

Viajando en los trópicos, he visto una vasta variedad de situaciones en donde la pobreza y la incapacidad de valorar los ecosistemas han dejado a los paisajes en condiciones deplorables. Afortunadamente, la restauración de tierras es ahora una prioridad en la agenda global de desarrollo.

Los incendios en turberas en el sureste asiático en 2015 pusieron el tema sobre la mesa, con los eventos de gran confusión y las catástrofes sanitarias subsecuentes que ocuparon los titulares. Sin embargo, la mayoría de la degradación es insidiosa: los suelos se erosionan durante décadas; muchas hectáreas de vegetación natural se pierden en un instante; los nutrientes se agotan con cada cosecha.

Por lo tanto, la degradación de tierras es un poco como el problema del cambio climático, que provoca raras crisis y se caracteriza primordialmente por cambios lentos y paulatinos que no dejan ver su gravedad. En la actualidad, casi el 50% de las tierras agrícolas y de pastoreo del mundo están degradadas en un nivel entre moderado y severo. Si esto hubiera sido algo repentino, habría habido clamor, pero se ha dado sigilosamente. Si continúa la tendencia actual, tan solo la degradación de la tierra podría reducir la producción agrícola en un 12% y aumentar los precios de los alimentos en un 30% en los próximos 25 años.

Esta problemática tiene mayores implicaciones. Cálculos recientes sugieren que los servicios ecosistémicos tienen un valor de US$145 mil billones anuales, pero que la degradación de la tierra durante los últimos 25 años le han restado un 17% a este valor. Estas son malas noticias para todos nosotros, pero en particular para aquellos que viven en zonas rurales y tierras altas de los trópicos, que a menudo dependen directamente de estos servicios para su alimentación y sustento.

El CIAT ha trabajado durante décadas para resolver problemas en los paisajes degradados, mediante su trabajo en forrajes mejorados y sistemas pecuarios y enfoque en la yuca – un cultivo de último recurso en muchos paisajes degradados. No obstante, hoy por hoy, en respuesta a la escala del desafío, lo estamos asumiendo a un nivel más avanzado. Nuestro grupo de Suelos y Paisajes para la Sostenibilidad (SoiLS) está trabajando para mejorar el manejo de nutrientes y aumentar la materia orgánica del suelo en las fincas, y en distintas actividades dirigidas a restaurar la fertilidad y mejorar la productividad.

De manera alentadora, hemos podido demostrar que la restauración puede ser rentable en zonas húmedas y semiáridas con degradación moderada en Latinoamérica. Esto abre la puerta para la financiación del sector privado – una característica innovadora de la Iniciativa 20x20, que busca restaurar 20 millones de hectáreas de tierra en la región hacia 2020. El CIAT está brindando asistencia técnica y científica con socios del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE).

De todas maneras, la restauración de tierras gravemente degradadas en zonas semiáridas continuará necesitando financiación del sector público. La buena noticia es que los compromisos de ambos sectores en la Iniciativa 20x20 ya exceden los US$1.100 millones. Nosotros ya estamos contribuyendo a la Iniciativa de Restauración de Paisajes Forestales Africanos (AFR100), que busca restaurar 100 millones de hectáreas en 21 países hacia 2030, vinculando socios políticos, técnicos y financieros.

Estos esfuerzos deben ayudarnos a demostrar que la degradación de tierras se puede detener y revertir de formas que sean productivas, rentables y sostenibles. Ampliar estos esfuerzos requerirá innovación y nuevos conocimientos. También necesitaremos la implementación de mejores políticas y sistemas de monitoreo efectivos en costos. El CIAT está reuniendo a sus distintos equipos de trabajo para apoyar el compromiso de los países y las entidades no estatales en este esfuerzo.

Finalmente, dar solución a un problema siempre es más costoso que evitar que el problema se presente. De modo que además necesitamos mejores incentivos para evitar la degradación de tierras, y soluciones técnicas que llenen las necesidades de los agricultores. Con la importancia de los suelos, los paisajes y los ecosistemas ahora presentes de manera firme en la agenda mundial, creo que estamos probablemente en la posición más fuerte hasta ahora alcanzada para lograr ese propósito.