Beatriz Nárvaez, una despedida para un nuevo punto de partida

Beatriz Nárvaez, una despedida para un nuevo punto de partida

Beatriz Narváez celebró 24 años de labores ininterrumpidas en el CIAT el pasado 15 de junio de 2018. Hoy, mes y medio después, le dice adiós a  esta institución que para ella ha sido sinónimo de hogar, escuela y familia.

Beatriz estudió estadística en la Universidad del Valle y, posteriormente, realizó una maestría en administración de empresas. Al CIAT intentó vincularse cuatro veces en cargos relacionados con su formación inicial, pero debió esperar hasta la quinta oportunidad cuando una amiga le contó que existía la posibilidad de hacer un reemplazo en el equipo de contrataciones internacionales.

Así, Beatriz inició su camino en el CIAT. Lo que iba a ser un reemplazo de cuatro meses se convirtió en siete años de trabajo con contrataciones internacionales. Sus comienzos no fueron fáciles pero a Beatriz siempre le ha gustado asumir y superar retos. “Recuerdo que con tan solo ocho días de haber llegado al CIAT tuve que estar al frente de la oficina pues la jefa estaba de viaje y la asistente tuvo una incapacidad médica a causa de una apendicitis. Fue duro porque apenas estaba conociendo al CIAT pero también fue la oportunidad de darme cuenta cómo resolver muchas de las situaciones que se presentaron y quiénes podrían ayudarme. Recuerdo que recibí bastante apoyo en esa época del dr. Fritz Kramer, director general adjunto”, rememora Beatriz.

Después de esta experiencia, Beatriz trabajó durante un tiempo con el Parque Agronatura y luego con Douglas Pachico, director de investigación y recursos genéticos en ese momento. Más tarde estuvo seis meses como asistente de Ruben Echeverría, director general actual, y seguidamente en el mismo cargo con Elcio Guimaraes, director para América Latina y el Caribe en ese momento.

Con Guimaraes trabajó 5 años. Cuando él se retiró del CIAT, Beatriz pasó a ocupar el cargo que ocupó hasta el momento: coordinadora de la oficina de conferencias y visitantes. Allí estuvo los últimos dos años y medio, etapa que disfrutó pues siempre le ha gustado organizar eventos y tener contacto con la gente.

Simone Staiger-Rivas, supervisora de Beatriz en este último periodo dijo que “¡Beatriz es una persona y compañera de trabajo tan agradable! Siempre sonríe y mantiene una actitud positiva. Es muy autónoma y sabe anticipar y resolver los problemas admirablemente. Ha sido un inmenso privilegio y placer trabajar conjuntamente. ¡Gracias Beatriz!”.

Además de destacarse en cada una de las labores que realizó, Beatriz también se distinguió por su participación activa en las actividades culturales y deportivas del CIAT. Practicó voleibol, atletismo, triatlón, tenis de mesa y natación, representando al Centro en varios juegos empresariales organizados por Adivalle, Comfandi o Comfaunión. Asimismo, siempre con su sonrisa a flor de piel y su alegría, hizo parte de las comparsas que se organizaban en las rutas de los buses cada diciembre y de las fiestas de Halloween y fin de año.

“Conozco a Beatriz desde hace 24 años, cuando ingresó al CIAT. Nos deja el recuerdo de su sonrisa y de su espíritu servicial. Una persona activa e involucrada en los aspectos profesionales, sociales y deportivos del Centro. Solo le deseo lo mejor y que disfrute de su merecido descanso”, expresó Nhora Patricia Bonilla, que ocupará la posición de Beatriz a partir de agosto.

Todo este recorrido por diferentes equipos de trabajo le permitió a Beatriz relacionarse en el Centro con personas de diferente formación y procedencia. Esto le permitió establecer vínculos de amistad que han perdurado con el tiempo y que hoy, en la despedida de su querido CIAT, se estrechan con diversas manifestaciones de cariño. “Beatriz es sinónimo de amistad incondicional, entrega y dedicación.  Extrañaré almorzar con ella todos los días pero sé que nuestra amistad perdurará por muchos años”, manifestó Luz Stella Gil, asistente del director general.

Beatriz destaca todo el apoyo que recibió de CRECIAT durante este tiempo y se reconoce como una de sus “clientes número uno”. Pero definitivamente lo que más extrañará del CIAT son las personas y el campus, sin embargo, está lista para una nueva etapa en su vida y aprovechará el tiempo para retomar sus actividades preferidas: hacer deporte, viajar, probar nuevos platos, cocinar y reencontrarse con su grupo de caminantes para emprender nuevas rutas… nuevos horizontes. Sus amigos y compañeros del CIAT le agradecemos todos sus aportes y le deseamos buen viento y buena mar.