El cambio climático podría reducir las zonas aptas para sembrar arroz en Colombia

El cambio climático podría reducir las zonas aptas para sembrar arroz en Colombia

Una nueva investigación encontró que el área apta para el cultivo de arroz en Colombia podría reducirse de 4 millones a 1.8 millones de hectáreas, hacia el año 2050. Los valles de los ríos Cauca y Patía se vislumbran como las zonas más adecuadas para el cultivo

A la pregunta de en qué área geográfica se podrá cultivar arroz en Colombia en el futuro, investigadores del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) encontraron que, debido al cambio climático, zonas arroceras por excelencia como los Llanos Orientales perderían aptitud, mientras que los valles de los ríos Cauca y Patía la ganarían.

El artículo “El cambio climático favorece la producción de arroz en zonas más altas en Colombia”, publicado en la revista Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change, es el primero de su tipo que se realiza para el cultivo de arroz en Colombia. Este define las áreas como adecuadas o inadecuadas para el cultivo de arroz en Colombia, en el presente y en el futuro (~2050s).

Los investigadores consideraron las cinco zonas donde se cultiva arroz en el país definidas por la Federación Nacional de Arroceros (Fedearroz): Bajo Cauca, Centro, Llanos Orientales, Santanderes y Costa Norte. En estas áreas, se analizaron diferentes variables bioclimáticas (precipitación, temperatura), variables topográficas (pendiente, altitud) y de suelo (limo, arena y arcilla), con el propósito de conocer sus condiciones actuales y cómo cambiarán bajo los efectos del cambio climático.

El estudio arrojó que con la elevación de temperaturas y cambios en la estacionalidad de las precipitaciones, los valles geográficos de los ríos Cauca y Patía serían a futuro más aptos que lo que es hoy día el valle del río Magdalena (Huila y Tolima), cuya aptitud se reduciría ligeramente.

“Por ejemplo, la temperatura promedio anual para las áreas aptas a futuro será de 27°C, hay aproximadamente 0.7°C de diferencia respecto a la temperatura actual. Ahora bien, en cuanto a la precipitación acumulada anual, hay una diferencia de aproximadamente 300 mm, es decir que a futuro las zonas actualmente aptas para el cultivo tendrían 300 mm menos de disponibilidad de agua lluvia”, explica el investigador Fabio Castro, autor principal del estudio.

by Neil Palmer (CIAT). Biofortified rice at the institution's headquarters in Colombia.

by Neil Palmer (CIAT). Arroz biofortificado en la sede del CIAT en Palmira, Valle.

Para los Llanos Orientales (Arauca y Casanare), el panorama también presentaría cambios. Según los resultados de la investigación, parte de estas zonas perderían aptitud considerablemente, al punto de que en dichas zonas no sería conveniente cultivar arroz.

De esta manera, en ausencia de adaptación y mitigación , Colombia pasaría de tener 4 millones de hectáreas aptas para el cultivo de arroz (de las cuales actualmente se cultivan cerca de 600 mil hectáreas), a tener 1.8 millones de hectáreas, lo que representa una reducción del 60% del área cultivable.

Esta información, según Fabio Castro, “permite inferir que la aptitud de Colombia para el cultivo de arroz va a tener un cambio, por lo cual si se siguen usando las mismas prácticas tradicionales de siempre,  quizás a futuro el cultivo no vaya a tener el mismo rendimiento o simplemente las variedades no se adapten. En ese sentido, debe haber ­modificaciones en la estructura agraria o en las zonas cultivadas, porque los cambios en las condiciones climáticas generarán igualmente cambios en la aptitud actual para la siembra de cultivos”.

Estrategias de adaptación

Los escenarios que presenta el estudio se enfocan en entender qué pasaría si no hay adaptación, y si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.  “Es importante enfatizar que muchos de estos impactos se pueden evitar si actuamos a tiempo, facilitando estrategias para que nuestros agricultores estén mejor preparados y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero de la agricultura y otros sectores”, afirma Castro.

Los resultados de la investigación sugieren diversas acciones para mejorar el cultivo de arroz en Colombia. En comparación con las condiciones actuales, es probable que haya menos precipitación durante la temporada de lluvias, por lo cual se debe mejorar el manejo del agua o cultivar semillas de arroz más eficientes en el uso del agua. De acuerdo con la investigación, los cultivadores de arroz en Colombia también podrían necesitar semillas tolerantes a altas temperaturas  para reducir los impactos negativos del estrés térmico.

“Se proyectan áreas que sean menos aptas para el arroz, por lo que es posible que se deba pasar a otros cultivos o desarrollar estrategias efectivas de adaptación. En otras áreas en donde se proyecta que la producción de arroz prospere, los cambios en el uso de la tierra deben considerarse cuidadosamente a la luz de la sostenibilidad y la rentabilidad. La seguridad alimentaria y los problemas de soberanía alimentaria también pueden ser consideraciones importantes en la planificación del uso de la tierra en estas regiones”, concluye el estudio.