Elcio Guimaraes, una historia de goles que se volvieron ciencia de impacto

Después de seis años en el CIAT como Director Regional para América Latina y el Caribe, Elcio Guimaraes regresa a Brasil como asesor senior de la Dirección General del Centro de Investigación de arroz y fríjol deEmbrapa, en Goiania. Aquí, una parte de su historia que se seguirá escribiendo en su patria natal a partir de marzo…

En su vida diaria vibra, vibra y vibra, tanto como la “torcida” más alegre y  emocionante de su natal Brasil. En cada uno de sus viajes por el mundo, se entusiasma por coleccionar fotografías de platos típicos de comidas de los lugares que visita, guarda elementos originales que identifican culturas de otros países y como hobby retrata la marca de los baños públicos. Esta pasión por la vida empezó en una finca en Pindamo~Nengana, entre Rio de Janeiro y São Paulo. Allí, a solo 10 metros de su casa, Elcio practicaba su deporte favorito, el fútbol, casi las 24 horas del día. Cuando tenía 16 años, decidió ir a la Universidad y allí recibió la invitación para entrenar profesionalmente con el São Paulo. En ese momento se vio entre la espada y la pared porque debía decidir entre su universidad o su pasión por el jogo bonito. Por suerte para el sector agrícola latinoamericano se decidió por la investigación y así, este ingeniero agrónomo egresado de la Escola Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, con maestría de la misma Universidad y PhD. (Iowa State University, EEUU) en genética y mejoramiento de plantas, desde el año 1976 comenzó a forjar su vida de servicio cuando empezó a trabajar como fitomejorador de arroz en EMBRAPA, Empresa Brasilera de Investigaciones Agropecuarias. En 1989 vino a Colombia por primera vez e ingresó al Centro Internacional de Agricultura Tropical, CIAT, como fitomejorador de arroz. A finales de 1996, retornó a EMBRAPA en Brasil, donde permaneció hasta el año 2001, cuando se unió a la oficina principal de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO.

“Desde 1994, cuando lo conocí, supe que era un gran profesional. Cuando regresó al CIAT como Director para América Latina reforzó el trabajo en la Amazonía y en Centroamérica. Lideró el fortalecimiento de las relaciones con CORPOICA y el Ministerio de Agricultura de Colombia lo que ha permitido importantes convenios”. Beatriz Narváez, analista administrativa.

Y como el buen hijo regresa a casa, en el año 2010 retornó al CIAT como Director del Área de Investigación para América Latina y el Caribe. Su primera tarea fue crear la dirección para Latinoamérica, con el ánimo de fortalecer la credibilidad y confianza en el CIAT en la región, reforzando el talento Humano y las relaciones interinstitucionales. A partir de ahí se consolidó un equipo de trabajo, se creó una nueva imagen institucional y se generaron más de 30 millones de dólares en proyectos.

“Ha habido muchos logros por parte de la Oficina de ALC en los últimos años, entre ellos, devolverle al CIAT una imagen positiva como organización científica sólida en la región y fortalecer nuestra alianza clave con Colombia – en particular con CORPOICA, crear una alianza única y muy estratégica que sigue creciendo. Adicionalmente, y considerando 2010 como punto de partida, nuestra oficina subregional para América Central ha mejorado enormemente, con CIAT implementando investigación en varios Programas de CGIAR en América Central coordinados desde Managua. Agradecemos sinceramente a Elcio por su dedicación para fortalecer el gran mandato del CIAT en la región y por ser un “Embajador CIAT” para ALC realmente comprometido”. Rubén Echeverría, director general del CIAT.

Por este y otros logros, Elcio Guimaraes se siente orgulloso de su recorrido académico y profesional, y no es para menos, pues tan solo en su paso por el CIAT se destaca que ha sido el responsable del lanzamiento de más de 50 variedades de arroz para toda América Latina y el Caribe, además de haber publicado y editado más de 150 artículos científicos, capítulos de importantes publicaciones y varios libros.

“Elcio es una persona siempre con vocación para comunicar ciencia, experto con currículo, artículos, publicaciones y libros sobre su trabajo en ciencia. Fue hace 20 años, en 1996, cuando me enamoré del arroz gracias a él: respiraba arroz y vivía arroz. Es un pedagogo que enseña y en sus conversaciones informales, siempre de algún modo está transmitiendo conocimiento. En sus presentaciones, el mensaje siempre es claro y se vale de las herramientas necesarias para hacerse entender”. Eduardo Graterol, director de FLAR.

Las personas que han trabajado a su lado destacan su liderazgo y el respeto por los demás. También resaltan la integración que tiene con las distintas áreas científicas del CIAT para la presentación de propuestas y entrega de informes y califican su gestión siempre de “puertas abiertas”. Al tiempo que construyó una carrera sólida, Elcio conformó una familia junto a su esposa María Luiza. Sus hijos son su orgullo: uno de ellos trabaja en Londres y el otro es médico en Australia. Ambos nacieron en Colombia, una razón más para que Elcio tenga el “corazón partido” entre Colombia y Brasil, situación que se agudiza cuando se enfrentan sus selecciones de fútbol.

“Este hombre tiene esa luz y ese carisma. Es de las personas que siempre están disponibles para lo que se necesite. Es un líder amable, afectuoso y cariñoso siempre de buen genio y buena actitud, porque nunca lo he visto enojado y creo que nadie en el CIAT”. Patricia Fajardo, analista administrativa.

Elcio tiene entre sus principios de vida aprender de las personas mayores, pues piensa que esa experiencia realmente enseña a los más jóvenes y eso, al igual que el trabajo en equipo, le ha servido en su desarrollo profesional pues, como él mismo lo ha dicho, “así seas el mejor, no ganas partidos si estás solo”.