Delicadeza, fragilidad, versatilidad y gran capacidad expresiva, son características que describen al carboncillo –un carbón blando y suave, casi polvo, utilizado para bocetear o dibujar–. A los 18 años le parecía que el carboncillo se iba a quedar en su vida: amaba el dibujo y planeaba ser arquitecta. Pero dejó de dibujar y terminó estudiando una carrera muy distinta, sin darse cuenta que el carboncillo se había quedado dentro de su alma para dibujar claroscuros por medio de la poesía.  

«La vida es un camino con tintes de locura, algunas gotas de llanto y momentos de cordura»^é… Con la misma versatilidad del carboncillo, Lizette trazó ese camino a lo largo de Colombia, Panamá, Costa Rica y España; pero tan aferrada a su finca como a su pluma, regresó a Tunía, Cauca, a sus 26, después de la muerte de su padre, de su abuela y de una que otra decepción: «Si el dolor es una ciencia, ya me cansé de explorarla, con sin igual paciencia he buscado soportarla»^é.

Había probado suerte en el sector industrial, de transporte, agropecuario, de la construcción, y de servicios… hasta encontrar su lugar en Agroinnova, una incubadora de empresas agroindustriales de la cual hizo parte desde su fundación en 2005. Allí desenfundó una vez más su pluma, pero esta vez para formular y documentar proyectos, además de contribuir al fortalecimiento organizacional de numerosas iniciativas de agroindustrias que trabajaban productos innovadores como caracoles comestibles, quinua y cosméticos derivados de la miel. «Y aunque la vida te muestra la importancia de tu historia, le damos mucho sentido a la prisa que nos agobia»^é…

En julio de 2017 se cristalizó finalmente una relación tangencial que tenía con el CIAT desde hace más de una década, y se vinculó al programa de Sistemas Alimentarios Sostenibles para coordinar el desarrollo de tres estrategias sectoriales y sus respectivas agendas de investigación, orientadas a sanar las brechas tecnológicas de las cadenas de aguacate Hass, piña y mora de ladera en el departamento del Valle del Cauca. Ese proyecto, próximo a terminar, tiene el desafío de vencer la inercia de las estanterías donde reposan tantas publicaciones brillantes, para subsanar las brechas identificadas. Para lograrlo, Lizette sabe que «se requiere establecer esquemas de divulgación científica más abiertos y transparentes, que incluyan medios en los cuales se abra la “caja negra” de la CTeI para compartirla tal como es: una actividad humana que genera resultados, pero que también tiene limitaciones»¹.

Por el momento, el carboncillo en su alma, su pluma y su habilidad para echar lápiz con los números, la trajeron donde está; y después, ¿qué vendrá?…

Ella diría: «¿Dónde estás?, ¿en tierra lejana o cruzando el mar? ¿O tan lejos de mí, que no te puedo alcanzar?»^é Y Él le responderá: «¡Levántate, amada mía; ven conmigo, mujer hermosa! ¡Mira, el invierno se ha ido, y con él han cesado y se han ido las lluvias! Ya brotan flores en los campos; ¡el tiempo de la canción ha llegado!»^ï.

^é Fragmentos de distintas poesías de Lizette –LD–

^ï Cantar de los Cantares

¹ Mosquera, DM. 2019.