La yuca, una raíz que une a Corpoica y al CIAT
Un total de ocho variedades de yuca serán liberadas en el departamento del Cauca, y las Regiones Caribe y de los Llanos Orientales durante el segundo semestre de 2016. Este hecho, que parece un punto de llegada, resulta ser más bien la señal de un nuevo comienzo en la estrecha colaboración entre la Corporación Colombiana de Investigación Agrícola (Corpoica) y el CIAT, en la investigación sobre este cultivo del que se siembran más de 200,000 hectáreas en Colombia principalmente para consumo humano, alimentación animal y producción de almidón nativo o fermentado, siendo este último el principal producto de los rallanderos del norte del Cauca.
Estas variedades,de pulpa blanca, han sido desarrolladas teniendo como principales usuarios los rallanderos productores de almidón agrio en el departamento del Cauca, así como la industria de almidón nativo y patios de secado, dedicados a la producción de trozos de yuca seca que se utilizan para la alimentación animal.
La agenda de investigación actual de Corpoica para el desarrollo de raíces y tubérculos, contempla para la yuca un amplio portafolio. Entre ellos están los temas de biofortificación – para alto contenido de carotenoides-, materia seca alta y estable, y producción de follaje para alimentación animal. La biofortificación de cultivos fue propuesta por la iniciativa HarvestPlus, cuyo director fue recientemente galardonado con el Premio Mundial de la Alimentación en reconocimiento por el impacto de este enfoque innovador. El Programa de Yuca del CIAT, ha venido trabajando inicialmente, para producir progenitores con alto contenido de carotenos que pueden ser usados en el desarrollo de variedades para agricultores en África.
En los últimos años ha surgido el interés por desarrollar variedades de yuca biofortificada para América Latina, con lo que se espera contribuir a la seguridad alimentaria de países como Colombia. Estas variedades deben contar con características culinarias especiales y adaptadas a las condiciones ambientales dominantes de las zonas donde serían cultivadas. En respuesta a este interés, Corpoica y el CIAT cuentan con el talento de sus científicos y la ventaja de tener estaciones experimentales y cetros de investigación ubicados en la costa Atlántica, principal zona yuquera de Colombia, donde se han evaluado variedades tan exitosas como Caiceli, Tai 8, Verónica y Ginés, desarrolladas en el CIAT, pero seleccionadas conjuntamente por ambas instituciones.
Elvia Amparo Rosero, investigadora Ph.D. de Corpoica, y Jorge Iván Lenis, investigador del Programa de Yuca del CIAT, en Turipaná, Córdoba. Foto: Hernán Ceballos, CIAT
“Esta situación óptima de complementariedad es una ventaja para el país, pues agiliza la obtención de resultados gracias al constante intercambio de conocimientos y a la sinergia entre nosotros”, enfatiza Hernán Ceballos, mejorador del programa de yuca del CIAT, quien participó a comienzos de año en una reunión con investigadores de la Corporación, para planear y coordinar las siguientes siembras, seguimientos y cosechas que se llevarán a cabo en lo que resta de 2016 y en 2017.
Contar con esta dinámica de equipo permite mantener el constante flujo y evaluación de las llamadas poblaciones segregantes de yuca. Cada año, el CIAT realiza miles de cruzamientos entre progenitores élite que resultan en una gran cantidad de semilla botánica. Cada semilla es una variedad potencial. El gran reto para Corpoica y el CIAT es evaluar e identificar cuáles de los miles de materiales segregantes presentan un comportamiento agronómico destacado.
“El proceso de evaluación y selección es lo más difícil y costoso de realizar. La sinergia y complementación entre el CIAT y Corpoica facilitan en gran medida esta tarea, lo que constituye una ventaja natural para los yuqueros en Colombia”, destaca Ceballos y continúa “pues en sus manos termina lo mejor de cada una de las dos instituciones, no solo en la forma de nuevas variedades, sino también en términos de oportunidades de capacitación y de fortalecimiento mutuo“.